En mi trabajo como artista y en mi evolución como persona, los procesos de reflexión y encuentro personal, el contacto con otras realidades, así como el desarrollo de conocimientos técnicos e intelectuales, son para mí un todo indivisible que se enriquece y retroalimenta de forma constante, conectando experiencia personal y social con producción artística y conocimiento. Los nuevos humanismos, la conexión con el contexto y el entorno tanto global como social, son realidades y discursos de lo contemporáneo cruciales en el contexto histórico en el que vivimos.
Tengo una curiosidad exacerbada y una necesidad casi obsesiva de comunicación a través del medio artístico. Mi búsqueda no solo se basa en la belleza visual sino en la verdad del ser humano, en la representación de conflictos internos, de anhelos, dudas y pasiones de una humanidad muy acostumbrada a esconder las imperfecciones del alma y del entorno.
Por eso, uno de los puntos que me interesa como artista es conectar al ser humano no solo con su entorno social (construcción ideológica.) sino con su construcción personal ( su “yo” interno ).
En mi trabajo artístico intento lograr con cada obra que el espectador no quede impasible, indiferente. Al igual que en el proceso creativo, el artista no está exento de esa implicación personal, empática y visceral, donde no solo plasma sus conocimientos, sino sobre sus propias vivencias, experiencias y sentimientos.