Los sensuales rostros femeninos de Monique van Steen (Breda, Holanda, 1976) surgen de sus vivencias internas, visibilizando el intrincado universo femenino a través de un lenguaje figurativo y colorido.
van Steen comenzó pintando alrededor de 2005 cuando la creación de arte mediante la cerámica (titulada en ello en 1999, facultad de BBAA en 's-Hertogenbosch) le resultó ser un proceso artístico demasiado lento.
Su primer leitmotiv lo encontró en su otro oficio: modelo de pasarela y fotografía.
Como modelo, ella se dio cuenta del engaño del inalcanzable objetivo de belleza que se muestra a las mujeres.
van Steen lo denunció en sus cuadros, exagerando los rasgos de las fotos de referencia, investigando hasta dónde podía estirar los límites de lo que es aceptado como "Belleza" en el ojo del espectador.
Finalizando este investigación, la atención de esta pintora fue mas al mundo interior, fascinada por el incesantemente fluctuante universo femenino.
Ella retrata a travez de los rostros su mundo cíclico dentro la sociedad linear, celebrando la mujer en todos sus aspectos.