Judith Borobio
Soria, 1986
Judith Borobio (Soria, 1986) es una arqueóloga de las tinieblas, una exploradora de esos parajes recónditos y marginales donde el sistema trata de ocultar todo lo que le sobra. Lugares en los que subyacen ojos y manos como escombros de tantos cuerpos expropiados. Devolver al ojo
su tactilidad y a las manos su imaginación es su cometido heroico. Rescatar de ese vertedero de la civilización occidental esa antigua alianza, tacto-mirada, tantas veces arrasada y desterrada por las instituciones a lo largo de la historia es lo que mueve a la artista a introducirse en el paisaje, ese medio tan familiar y ajeno, para extraer sus tactografías, esto es, imágenes creadas (por) con-tacto para ver con las manos. Imágenes que como dijera Roland Barthes, a propósito de la fotografía, llevan “siempre su referente consigo, estando marcados ambos por la misma imposibilidad amorosa o fúnebre, en el seno mismo del mundo en movimiento”. Receptáculos de memoria, de la grafía del tiempo sobre la materia. Receptáculos de “lo que nunca más podrá repetirse existencialmente”. De modo que Judith da al tacto lo que lafotografía da a la vista. Y es en ese tocar extinto, lo que ya nunca más podrá ser, como la arena de la playa cuando sube la marea, que el sujeto que palpa su obra se descubre como extensión de esa carne del mundo tocada por el tiempo, cada vez más erosionada, finita, viva[...] Cayetano Limorte.