Mujer Corteza es el alter ego artístico de Inma Flor. Licenciada en psicología y experta en comunicación institucional, trabaja actualmente como Responsable de comunicación y relaciones institucionales en el Instituto Polaco de Cultura en Madrid y ha sido colaboradora habitual en festivales como Getafe Negro, De Poesía por Getafe y Refugiadxs en el Cine de la ONG ACCEM. Con una amplia experiencia en comunicación y gestión cultural, ha trabajado y colaborado con entidades como La Fábrica, Magma Cultura, IED Madrid y el Ayuntamiento de Getafe, y medios como Esquire, El Duende, Público y Neo2, entre otros.



Su inmersión en los procesos creativos tiene sus orígenes en 2014, cuando crea Voilà ediciones, una mini editorial fanzinera que se encuentra actualmente en barbecho. De aquí salieron los fanzines Descartes poco cartesianos, Cabos sueltos, Legado ibérico (Castelló Negre) y Sociedad hiperconectada donde colaboraron multitud de artistas contemporáneos de muy diversas disciplinas.



En 2015 comienza su trayectoria como collagista. Primero bajo el pseudónimo de ‘Carnicera con papeles’, en clara alusión a las piezas y despieces que dan vida a los collages, y desde 2020 como ‘Mujer corteza’. Desde entonces, no ha dejado de crear su propio imaginario y ha participado en diversas exposiciones colectivas e individuales. Entre ellas, Collage y Palabra, comisariada por Mujeres que Cortan y Pegan, en DIMAD (Matadero Madrid), ANTIFASH, comisariada por Eje Central cc, en la Galería Moloch (Coyoacán, Ciudad de México), Las cortezas. Del siglo I al XXI, en Bastardo Hostel (Madrid) y en la Antigua Resinera de La Adrada (Ávila), y Tejiendo y destejiendo cortezas en el Museo de Historia de Nules (Castellón) dentro de La Nit de L'Art. Su trabajo fue galardonado en 2021 con el Tercer Premio en la IV Edición del Festival Lírica al Margen, convocatoria comisariada por la galería Visión Ultravioleta por su pieza Lo que de ti emerge(ncia), ha sido la ilustradora invitada para el número 120 de la revista TELOS de Fundación Telefónica (septiembre 2022) y ha sido elegida para crear la portada del disco “Mi concierto en el balcón” de Paula Mattheus (octubre de 2022).

PATRIMONIO, INTRAHISTORIA, MATERIAL ARTÍSTICO Y MÁSCARA

​El trabajo de Mujer Corteza alude al proceso creativo, emocional e identitario que se genera cuando nos contamos. Contarse a uno mismo, pero también contarse a los demás, nos define y articula.

Decía Piglia que “el arte es una forma sintética del universo, un microcosmos que reproduce la especificidad del mundo”. Es aquí donde podemos situar el trabajo de Mujer Corteza. Sus obras son collages tridimensionales y sostenibles, generados a partir de cortezas de árbol, pelo de palmera y papel. A veces, también de hojas, piñas y tul de rejilla. Son piezas que se empapan de la vida y narran pequeños relatos sobre la condición humana, una suerte de balizas que señalan con actitud crítica lo que para la autora supone una amenaza en la sociedad actual: el heteropatriarcado, la religión, el clasismo, el racismo, el capitalismo... Las cortezas, en su valor simbólico, permiten a Mujer Corteza expresar visualmente lo que las palabras, colonizadas por la cultura y la política, no pueden. No en vano, las cortezas fueron unas de las primeras superficies sobre las que los romanos escribieron antes de conocer los rollos egipcios. Lo cuenta Plinio el Viejo en el siglo I, y lo recoge Irene Vallejo en el siglo XXI en su celebrado ensayo El infinito en un junco.

​La naturaleza es la representación metafórica de un libro en el que el ser humano ha ido escribiendo su historia y definiendo su identidad.

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