En los años 80 junto a otros artistas europeos, recibí el encargo de realizar una serie de instalaciones y esculturas de gran formato en el norte de Francia, mi propuesta fue “Relaciones amorosas entre los materiales” Aún continúo ahondando en el vínculo del amor, desde diversos enfoques.
En 1992, mi encuentro con la poesía sufí motivó una intensa investigación artística y una serie de viajes a Oriente Medio. De la fascinación, además de, tres libros, artículos, conferencias han surgido más de 30 series o proyectos artísticos. El primero “Alquimia del corazón” 1993 y el más reciente “Una escala de luz para Federico” sobre una gnosis universal presente en la obra de García Lorca, expuesto en Casa Árabe “y que asocio con la cualidad de la miel y la leche, o sobre el “Principio femenino y el Agua” en la Galería Nacional y en la Universidad Internacional de Sarajevo.
Me he acercado a la función y los códigos visuales del arte y el pensamiento islámicos, así como a la trascendencia del conocimiento y su aplicación al inmenso legado en el desarrollo del arte contemporáneo en Occidente, estudiando durante 25 años el simbolismo del color en el sufismo.
Creo que el arte tiene la capacidad de agrandar la dimensión más lúcida de la conciencia. Intento evocar en el espectador mediante un juego de calibración sensorial, un acercamiento acogedor y estimulante, busco que el significado llegue de un modo sutil como ocurre con los cuentos y narraciones y que a la vez el contenido sea intenso.