“He aquí llegado el tiempo en que las catástrofes humanas se añaden a las catástrofes naturales para abolir todo horizonte”.

Annie Le Brun

 

Estamos construyendo un mundo que se tambalea entre residuos: esos deshechos que no sabemos dónde tirar, ya sean orgánicos, químicos o de creencias, ideas.. Despojados poco a poco de lo que nos une sensiblemente al mundo, nos encontramos ya solos e indefensos, anestesiados y adaptados a las agresiones para… protegernos?. Nos desentendemos del mundo o fundamos con todo el cinismo asociaciones y sectas para acallar nuestras conciencias y conseguir titulares, cayendo una y otra vez en lo mismo que decimos combatir. Sobrevuelan nuestras cabezas la violencia, el clasismo, la manipulación, el machismo, y nuestra arrogancia nos da derecho a la contaminación y sobre-explotación de los recursos naturales, a torturar a los animales y a despreciar a las personas que no piensan ni son como nosotros.

Dejamos que las ciudades y los continentes tengan la misma marca, el mismo aspecto y los mismos trapicheos que acaban con sus culturas, y hemos conseguido que una obra de arte pierda su halo sorprendente y sobrecogedor, porque necesitamos un texto que lo explique. En tanta mediocridad sólo importa la cantidad y no la calidad, y la crítica social o filosófica acaba por ser una música de acompañamiento, sin eficacia alguna y que sólo sirve para procurar buena conciencia a quienes la comparten.

Demasiados sucedáneos, demasiado infantilismo, demasiados residuos.

Demasiada ceguera.

Pero …. silencio porque, como dijo Virginia Wolf: “Si te paras a protestar, estás perdida”.

MAV también es

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies