Manifiesto: No en nuestro nombre
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío, Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller
El acuerdo que Europa acaba de firmar con Turquía en nombre de todos sus ciudadanos y ciudadanas incumple no solo un mínimo de cinco tratados sobre derechos humanos, desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos hasta la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, pasando por la Convención de Ginebra sobre los Refugiados o la propia Convención Europea de Derechos Humanos 1, sino que, más allá de su incumplimiento, supone un antes y un después en la dignidad de Europa.
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[1] El derecho de asilo, explícitamente garantizado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 14 señala: “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en otros países”. Asimismo, está promulgado en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, proclamada en el 2000. En su artículo 18, este texto “garantiza el derecho de asilo dentro del respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea”. El artículo 19 es taxativo: “Se prohíben las expulsiones colectivas”, y prosigue: “Nadie podrá ser devuelto, expulsado o extraditado a un Estado en el que corra un riesgo de ser sometido a la pena de muerte, a tortura o a otras penas o tratos inhumanos o degradantes”.
En la Convención Europea de Derechos Humanos también se declaran “prohibidas las expulsiones colectivas de extranjeros” (protocolo IV, artículo 4). “Toda persona cuyos derechos y libertades reconocidos en el presente convenio hayan sido violados tiene derecho a la concesión de un recurso efectivo ante una instancia oficial, incluso cuando la violación haya sido cometida por personas que actúen en el ejercicio de sus funciones oficiales” (artículo 13).
La Convención de Ginebra, en su artículo 33 establece: “Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas”. El hecho de que Turquía haya suscrito esta convención pero solo conceda el estatus de refugiado a ciudadanos europeos suscita dudas de que pueda ser considerado un “país seguro”, capaz de ofrecer protección a los refugiados de otras nacionalidades.Por último, el acuerdo infringe también la Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado universal que se aprobó en 1989 para defender en el mundo los derechos de la infancia, uno de los colectivos más vulnerables en la actual crisis migratoria. En este convenio se fija el derecho a la reunificación familiar y a la asistencia jurídica en cualquier infracción legal, pero sobre todo, se establecen los derechos de los niños refugiados, a quienes “se proporcionará protección especial (…) y es obligación del Estado cooperar con los organismos competentes para garantizar dicha protección y asistencia” (artículo 22). Fuente: Benach, Martin “El pacto con Turquía para la expulsión de refugiados vulnera 5 tratados internacionales” El Periódico, 15 de marzo de 2016.Los abajo firmantes, personas y asociaciones pertenecientes al ámbito de la cultura y la educación, comprometidos con la igualdad y los derechos humanos, uniéndonos al manifiesto firmado por los colegios profesionales catalanes2, rechazamos de manera taxativa este acuerdo y nos mostramos absolutamente en contra de la expulsión de personas que huyen de la guerra y el terror: porque nos negamos a perder la dignidad como seres humanos; porque nos negamos a ser cómplices de la injusticia y la crueldad; porque defendemos la legalidad que ampara a los refugiados; porque nos negamos a queser europeos equivalga a insolidaridad, egoísmo y crueldad.La cultura, como la educación, son ámbitos que buscan la mejora del ser humano, su desarrollo integral, enriqueciendo la relación con los otros, con uno mismo y con el mundo. La cultura ahonda en la realidad y sus causas y trata de trascenderla, buscando horizontes de mejora y posibilidad. La cultura, como la educación, tiene entre sus metas potenciar la capacidad en cada ser humano de imaginar futuros mejores, porque, imaginándolos, es posible visualizarlos para llegar a construirlos.La educación, como la cultura, nos enseña que la generosidad, aunque sea a veces más difícil que el egoísmo y la mezquindad, siempre nos hace crecer como humanos, porque no solo aumenta la dignidad de aquellos que reciben, sino sobre todo, de aquellos que dan. Por ello la educación, como garante de desarrollo humano en su plenitud, no puede enseñar a dar la espalda a los otros, a desensibilizar, despersonalizar, deshumanizar.Si queremos que Europa siga profundizando en el camino de la cultura, y no de la barbarie, resulta irrenunciable, potenciar la empatía con los otros, el abordaje directo, valiente y solidario de los conflictos, la búsqueda de soluciones que, lejos de perder de vista la sensibilidad por todo lo que es humano, potencie la capacidad de vínculo, imaginación, creatividad y acción transformadora.Creemos como Hannah Arendt, como Martha Nussbaum, como Simone Weil, en el potencial del ser humano de superar sus miedos individualistas, su capacidad de rechazar la hybris, y constituirse como ser responsable de los otros, con los otros. Sin ello, nos queda la horda, nos queda el lager. ¿Qué nos diferencia ya de aquellos europeos que miraron a otro lado, no quisieron saber, mientras la humillación se cebaba sobre sus vecinos?Renunciamos a un espíritu europeo que se asienta en el miedo a la diferencia y trata de justificarse en el temor a perder bienestar, y apelamos a la generosidad por encima de la mezquindad. Queremos una Europa que siga liderando la lucha por los derechos humanos, base de su fortaleza y clave de la diferencia de su trayectoria respecto a la de otros contextos mundiales. Exigimos el cumplimiento del derecho de asilo, firmado por nuestros Estados, de obligación y responsabilidad internacional, porque su incumplimiento hace que se conculque la propia estructura de nuestra sociedad basada en los derechos, que no son divisibles. Por ello, para que ser europeos signifique ser generosos, decimos sí a la acogida de refugiados, sí a la solidaridad, sí a la humanidad y solicitamos a nuestro gobierno que se pronuncie en contra de las decisiones del Consejo de Europa en esta materia y adopte e implemente medidas que partan de la legalidad de los convenios arriba mencionados y de la solidaridad, la dignidad y el respeto a los derechos de los individuosDesde aquí queremos desvincularnos de las decisiones de nuestros gobiernos, como ciudadanos y ciudadanas libres. Por ello,s decimos: NO EN NUESTRO NOMBRE.———————————————————————————————————————————————————————————————————————————-
[1] “VERGONYA, NI UN MINUT MÉS!, PER UNA EUROPA DE LES PERSONES”
ASOCIACIONES FIRMANTESMAV, Mujeres en las Artes VisualesConsejo de Críticos en las Artes VisualesCIMA, Mujeres CineastasGenialogías, Mujeres poetas españolas
AVA Castilla y León, Artistas Visuales de Castilla y León
Clásicas y Modernas, Asociación para la igualdad de género en la Cultura
Grupo Municipal Valladolid Toma la Palabra
RECOGIDA DE FIRMAS
Marián López Fernández Cao, investigadora y docente, Madrid.
Marisa González, artista, Madrid.
Luz Bejarano Coca, historiadora del arte y gestora cultural, Madrid.
María José Magaña Clemente, gestora cultural, Madrid.
Fátima Anllo, investigadora y gestora, Madrid.
María José Aranzasti, comisaria, crítica, investigadora, historiadora del arte, Donostia.
Joana Baygual, artista, comisaria y gestora, Andorra.
Rosa Brugat, artista, Girona (Cataluña).
Vanesa Cejudo, socióloga e investigadora, Londres.
Menene Gras, comisaria y gestora, Madrid y Barcelona.
Encarna Lago, comisaria y gestora cultural, Lugo.
Merce Rodríguez, artista, investigadora, gestora, Córdoba (España).
Noni Lazaga, artista, Madrid.
Ana Rico, gestora cultural, Madrid.
Isidro López Aparicio, Artista, Comisario, docente y miembro del Instituto de Investigación de la Paz y los Conflictos, Granada.
Armando Montesinos Blanco, crítico y comisario, profesor Universidad de Castilla-La Mancha.
María Virginia Jauja, Editora, traductora y ensayista, Madrid.
Almudena Fernández Fariña, artista y docente, Vigo.
Esther Pizarro, artista visual, Madrid.
Lorena Fernández Jiménez, artista visual, Málaga.
Pepa Busqué Rosich, artista y profesora de grabado, Barcelona.
Iris Nava, gestora y artista, Madrid.
Nieves Álvarez, poeta y artista plástica, Santander.
Carmen Pena, docente, escritora, comisaria y crítica, Madrid.
Belén Franco, pintora, Madrid.
Hellen Williams, redactora, traductora, historiadora de arte, Barcelona.
Madeleine Edberg, artista, Málaga.
Margarita Vázquez Serrano, pintora, Madrid.
Patricia López Landabaso, pintora, Madrid.
Pilar Sánchez Monje, Productora y comunicadora cultural, Lugo.
Oliva Pérez Arauna, galerista, Madrid.
Diana Bejarano Coca, artista, Palma de Mallorca/Ciudad de México.
Esther Ferrer Ruiz, artista, París.
Marta Mantecón, historiadora del arte, comisaria y docente, Santander.
Patricia Rodrigo Puyó, galerista y museógrafa, Zaragoza.
Semíramis González Fernández, comisaria, Marid.
Antonia Fernández Valencia, profesora, Madrid.
Darya von Berner, artista, Madrid.
Amparo Alegría Pellicer, artista e investigadora, Murcia.
Araceli Fernández Tovar, administrativa, Madrid.
María del Catillo Gálvez, artista, Madrid.
Tonia Trujillo, artista y gestora cultural, Sevilla.
Piedad Solams, historiadora y curadora, Mallorca/ Berlín.
Chon Manzanares Expósito, enfermera, Granada.
Isabel Durán, historiadora, Madrid.
María del Carmen Gómez-Herranz de Cavanna, artista plástica, Toledo.
Concha Gay, artista visual- coordinadora exposiciones, Valladolid.
Isabel García Cuadrado, artista y docente, Oviedo.
Laura Cabrera Díaz, videoartista, Madrid.
Pedro Mozos Calleja, jubilado, Puertollano.
Carmen Palenzuela López, artista y docente, Valladolid.
Rosa Muñoz Bustamante, galerista y gestora cultural, Almería.
Anxela Caramés, comisaria y crítica de arte, A Coruña.
Concha Jerez, artista multidisciplinar, Madrid.
Helena González Sáez, artista, Basauri.
Héctor Gallego Blanco, profesor, Valladolid.
Oliva María Rubio, comisaria, Madrid.
Nuria Lapastora Navarro, artista visual, Madrid.
Luisa María Gómez del Águila, profesora Educación Artística UMA, Málaga.
Ebba Rohweder, artista, Madrid.
Maite Oses Benguria, maestra, Irún.
María Antonia Sánchez Fernández, artista visual, Marbella.
Bernadette Sánchez Caro, artista, Madrid.
Teresa Alario Trigueros, profesora universitaria, Palencia.Magda Bellotti, galerista, Madrid.
Bárbara Durán, fotógrafa y poeta, México.
Ángeles Alemán, Profesora universitaria y crítica de Arte, Las Palmas de GC.
Rosa Olea Vargas, ilustradora y diseñadora gráfica, Cádiz.
María José Román Basanta, docente jubilada, Valladolid.
Milagrosa Sánchez Álvarez, artista, Cádiz.
Teresa Roa, poeta, Cádiz.
Ana María Puntada Guillén, administrativa, San Fernándo.
Rocío Araya, artista, Bilbao.
Eva Lootz, artista, Madrid
Ricardo Calero, artista, Zaragoza.
Concha Sánchez-Girón, ilustradora, Valldolid.
Hortensia Caro Sánchez, administrativa educación, Cádiz.
Laura Lío, artista plástica, Madrid.
Viviana Silvia Flores, artista e investigadora, Madrid.
Camino Ubón Marín, ama de casa, León.
Argimiro Turrado Barrio, docente jubilado, León.
Alejandra Espigares Martínez, documentalista, Sevilla.
Encarni Pérez, técnico de laboratorio, Pamplona.
Sandra Estarrona Fernández, muralista y artesana, Vitoria-Gasteiz.
Desiree Azorín Pinto, aprendíz, Valencia.
Esperanza León Jiménez, pintora, Madrid.
Araceli Fernández, ama de casa, Oviedo.
Laura Branciforte, docente, Madrid.
Almudena Hernando, investigadora y docente, Madrid.
Ana Díaz Monzón, pintora, Madrid.
Alfonso Sánchez, Coordinador Provincial de IU en Valaldolid, Valladolid.
Marisol Morais Pérez, graduada Social, Valladolid.
José Ignacio Hernández de la Hoz, asesor, Valladolid.
Margarita García, arquitecta, Valladolid.
Elisa Peña Ruiz, economista, Valladolid.
Juan I. Herrero Fernández, gestor cultural, Valladolid.
Van García, fotógrafa, Málaga.
Marco Temprano, artísta plástico, Valladolid.
José Freixanes, artista plástico y profesor de Bellas Artes en la Facultad de Bellas Artes de Granada, Madrid.
Gema González Ferrera, profesora, Cádiz.Raquel de Navas Arribas, poetas, fotógrafa y guionista, Madrid.Marisa González González, artista visual, Bilbao.Izaskun Álvarez Gainza, artista y Docente Facultad de Bellas Artes EHU/UPV, Bilbao.Ana DMato, artista visual e investigadora, Barcelona.Encarni Lozano Francés, artista visual. Escultora, Málaga.Joana Buygal, artista, gestora y comisaria, Ordino.