Los trabajos que nos brinda esta exposición están conectados con la volumetría, con el hacer escultórico del textil, su maleabilidad, su inconformismo a doblegarse a la rigidez, la defensa de lo dúctil, del fluido, del agua, de lo femenino y, por qué no, del Tao. El agua vence a la piedra, y aun así Auffray logra la simbiosis entre ambos elementos, los combina, juega con ellos, provoca un equilibrio complejo y sencillo al mismo tiempo.
Estará hasta finales de diciembre, de miércoles a domingo, de 11 a 15 y de 17 a 21h.